Como muchos ya sabréis el lanzamiento de "Silent Hill: Origins" está cerca, previsiblemente en septiembre, y ya podemos disfrutar de una demo oficial que es, sencillamente, espectacular. ¿Por qué escribo esto? Porque "Silent Hill" me cambió como jugador y como comprador de videojuegos.

Hasta el descubrimiento, allá por el 2003, los Survival Horror me parecían entretenidos sin más, jugables pero faltos de un fondo realmente atractivo, hasta que un dependiente (al que ya tengo santificado) de una tienda de la cadena "Centro Mail" me recomendó la segunda entrega de la saga.

Aquella "obra de arte" me cambió profundamente. Aprendí a pasar miedo jugando y disfrutar con ello, aprendí a apreciar (aún más si cabe) el trabajo de desarrollo de un videojuego que puede ser algo más que un simple entretenimiento para adolescentes (qué confundidos están algunos si sólo llegan a ese pensamiento) y aprendí sobre todo a ver más allá del simple argumento para empezar a interpretar, casi libremente, los mil matices que aquel maldito pueblo desplegaba ante las pupilas. Increíble pero cierto, por primera vez sentía más cosas ante un videojuego que ante una buena película de terror: algo había cambiado dentro de mí.

No se trataba de pegar tiros indiscriminadamente a todo lo que se moviese, no, se trataba de sobrevivir al miedo, a la incongruencia, a una desolación extraña, ambigua, pero sobre todo enriquecedora... porque de alguna manera enseñaba más que cualquier otro juego al que hubiese jugado nunca... y llegó la fiebre por descubrir el origen, el primero que salió para la PS1 en 1999. Obviamente los gráficos defraudaban un poco, pero la ambientación, y esa opresiva atmósfera... eran igualmente perturbadoras. Me di cuenta inmediatamente: "Silent Hill" me había cazado para siempre. Corrí a comprar las dos versiones que existían, la normal y la Platinum. Después me enteré que junto a la primera versión del "Metal Gear Solid" se adjuntaba una demo del "Silent Hill" original; también lo compré.

Luego compré la tercera entrega, con la bella Heather como protagonista, y disfruté "sufriendo" como un chiquillo. Luego salió la cuarta entrega, un verdadero fiasco, puesto que el hasta entonces director e ideólogo de la saga, Akira Yamaoka (también compositor de las extraordianarias bandas sonoras) había abandonado el desarrollo del juego para embarcarse en el proyecto de trasladar "Silent Hill" al cine. Se repetían escenarios, se perdía interés a cada paso del relato, y además no aparecía el pueblo enfermizo de "Silent Hill".

Pero algo se echaba en falta... que la PSP tuviese su propio "Silent Hill". Por fin ese deseo se ha cumplido. En el camino he logrado compilar una interesante colección, que incluye el original en japonés (sólo por puro hedonismo), las guías oficiales que he podido localizar, todas las bandas sonoras, algún que otro póster oficial de Konami, las dos versiones del DVD de la película... e incluso llegué a pujar en eBay por una figura de James Sunderland (el protagonista de la segunda entrega) con una de la aterradoras enfermeras del "Brookhavens Hospital". Sé que sería imposible coleccionarlo todo, pero me conformo con tener todo lo que ha salido en España, y algo del extranjero ;)

El retorno a los orígenes del juego son obvios. Ha vuelto a la más pura esencia que ha logrado enganchar a millones de jugadores. "Silent Hill" ha vuelto a ser "Silent Hill". Gracias Konami por este regalo a los sentidos.

A quien no haya jugado podrán parecerle vehementes mis palabras (incluso para alguno que sí lo haya disfrutado), pero de una cosa sí que estoy seguro: "Silent Hill" no deja indiferente a nadie.

Esta noche jugaré un poco más, esperando que en breve pueda comprar el original para disfrutarlo al completo. Hoy es un gran día para mí... un gran día, porque he vuelto... a "Silent Hill".

Salu2 a todos.